Mi hombre me roba el sueño,
me lo quita sin piedad,
me estremece en las delicias,
sin ser yo una deidad.
Mi hombre me acaricia con el corazón,
me besa con el sentimiento,
me hace suya con el alma,
hasta dejarme sin aliento.
Mi hombre me abraza con la fuerza del viento,
me desnuda el alma con el pensamiento,
me recorre el cuerpo con ese movimiento,
plácido, fugaz y sediento.
Mi hombre me lleva al cielo con talento,
se profundiza en mi sentimiento,
es glorioso el profanamiento,
que muero en sus brazos enmudeciendo.
Mi hombre eres tu amor de mi vida,
loca estoy por un beso tuyo,
ardo de deseos por tenerte
y ser eternamente tuya.

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