En una mañana fresca de verano,
nos vimos y cuanto reímos,
entre risas y palabras entrecortadas,
jugamos como dos niños hacer el amor.
No sabia que decirte,
no sabias que decirme,
la ingenuidad de nuestras almas,
afloraron los mas bellos sentimientos.
Sentí el deseo de tenerte,
imagine que tus manos me acariciaban,
las sentía como terciopelo,
mi cuerpo solo se electrizo.
No dijimos mucho,
solo nos entregamos al amor,
yo te sentía, tu me sentías,
y eso fue lo que nos importó.
Nuestros cuerpos temblaban de la emoción,
estábamos por completar la fusión,
me decías al oído te deseo cariño mio,
y yo te contestaba con mi agitada respiración.
Hubo un momento de excitación plena,
que nos llevo a los confines de la tierra,
llego la calma para los dos,
y en un suspiro nos abrazamos con amor.

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